Como todos los veriles canarios, la gran pared de Costa Teguise tiene la facultad de atraer y concentrar la vida.
En sus casi dos millas de extensión se suceden gran variedad de rincones y puntos de interés.
Se trata de una inmersión muy apreciada por el público buceador local. Entre las cuevas, cornisas y oquedades encontraremos todo tipo de especies, desde corales naranjas, a pejeperros, abades o gallos; además, durante toda la ruta estaremos acompañados de cerca por sargos y pejeverdes curiosos.
Se puede acceder desde costa o desde embarcación si lo que preferimos es sumergirnos en la parte más alejada de la orilla.
Los buceos en la zona se realizan continuando el veril y dada su extensión, son mil y una las inmersiones distintas que se pueden hacer en él.
El blanquizal domina el paisaje y la vida ya que se trata de un caladero de pesca frecuentado por los pescadores deportivos y profesionales, por ello, es muy frecuente ver nasas fondeadas de diferentes tamaños.